Museo de Historia Militar
"El Zapote” es para muchos un sinónimo de imposición, de doctrina militar, de guerra, pero ahora conserva entre sus
amplios corredores, sus pisos antiguos, que se mantienen firmes desde 1828 y su
imponente construcción, trozos de la historia salvadoreña.
Ubicado en el Barrio San Jacinto, un punto estratégico de la ciudad
porque desde ahí se observan edificaciones que un día fueron estructuras
imponentes del Estado y que ahora son parte de la cultura, como el Palacio
Nacional, la Catedral y otros.
Algunos cuentan que “la loma El Zapote” era la punta de una pirámide
indígena, porque el lugar fue un asentamiento llamado Tunal Yucan y además
durante la construcción de la estructura militar se encontraron vasijas y
objetos precolombinos.
Su nombre se lo dieron gracias a un extenso sembradío de zapotes de los
terrenos, de los que solo sobreviven siete al paso del tiempo.
Sus instalaciones albergaron a la Escuela de Cabos y
Sargentos, al Regimiento de Ametralladoras y Artillería y el último regimiento
que habito sus edificios fue el Comando de Transmisiones de la Fuerza Armada,
este ultimo entregó el cuartel en 2002 para su transformación.
El entonces mayor del ejército, Ernesto García Rivera, recuerda bien el
día en que el Ministerio dela Defensa les dio un mes para que montaran una
exposición temporal del Museo de Historia Militar.
“Empezamos a buscar en los cuarteles objetos que nos pudieran servir
para la exposición, armas en desuso, restos de aparatos, archivos, documentos,
todo lo que creímos que podía ser parte del patrimonio de la Fuerza Armada”,
cuenta con anhelo García, director del museo.
Poco a poco fueron reuniendo uniformes, gorras, pines y otros objetos,
que guardaban aventuras y hazañas, que pertenecieron a las unidades que habían
sido desmovilizadas por los Acuerdos de Paz.
Las familias de algunos reconocidos militares contribuyeron a la tarea
de reunir esos objetos de valor histórico, familiares del ex presidente José
María Lemus donaron toda la colección de artículos militares que le acompañaron
en su carrera y que hoy se exhiben al público.
Recorrido
Al entrar a la primera sala el visitante es recibido por la única e
hipnotizante pintura del celebre escritor salvadoreño Salvador Salazar Arrúe,
para muchos desconocido como pintor, obra de arte que le pertenecía a la
familia Lemus. La obra que data de 1936, se titula Conquista de América y en
ella están plasmados al lienzo, los más importantes acontecimientos del
descubrimiento y las batallas libradas por los españoles y los indígenas en
tierras americanas.
Mientras se recorren sus pasillos y sus salas que un día fueron centros
de planificaciones y estrategias se encuentran cañones que se
utilizaron en la primera guerra mundial o los tipos crops que sirvieron en la
guerra contra Guatemala en 1906.
Hay uno en particular que llama la atención, se desconoce el año exacto
del que procede pero tiene marcada claramente la insignia de la corona española
de la época de la conquista, como si el tiempo no hubiese pasado por él.
El recorrido es envolvente, los objetos llevan al lugar y al momento en
que sucedieron los hechos históricos, las armas que un día se utilizaron en
innumerables batallas, ahora descansan y esperan ser admiradas.
Ahí se encuentra la silla en la que fue ejecutado Gerardo Barrios,
la historia de los militares célebres como Juan Manuel Arce, Domingo Monterrosa
y otros. Los distintos uniformes militares, actas, acuerdos y planificaciones
de gestas militares.
Los honores no son sólo para los militares antiguos, hay una sala
especial en la que la institución castrense reconoce a los “Héroes del Batallón
Cuscatlán”, al soldado Natividad Méndez Ramos, primer efectivo que murió en el
cumplimiento de su labor en Irak en 2004.
“El Zapote” no solo es el Museo de Historia Militar todos los días en
las mañanas y en las tardes su plaza central recibe a cientos de salvadoreños
que llegan atraídos por la seguridad del lugar, para hacer actividades físicas,
otros llegan para contemplar la vista desde la plaza a los próceres y retratar
el paisaje.
El museo es apoyado por la Academia de Historia Militar, una
entidad no gubernamental formada por un grupo militares activos y retirados,
quienes se encargan de captar fondos para el mantenimiento de la colección.
Gracias a que las instalaciones son administradas por los militares
conserva su disciplinada doctrina, está abierto los 365 días del año, de 8:00
am. a 5:00 pm. y la entrada es gratis para toda la población salvadoreña.
Dentro del museo se encuentra un modelo de avión de combate, los
camiones de traslado de tropas y hasta el Papamóvil, en el cual se trasladó a
Juan Pablo II desde el aeropuerto de Ilopango hasta el sitio donde ofreció la
misa.
Visitar “El Zapote” es recorrer la historia militar de El
Salvador, una historia marcada por la disciplina castrense.
Ubicación